La familia Vivanco descubre en una finca y viña en Milagro una oportunidad para continuar desarrollando su mayor pasión: la cultura del vino.
Su reto es devolver el alma a la tierra y compartirla con los demás desarrollando proyectos que contribuyan desde la industria del vino, desde la cultura y la innovación a hacer del entorno de la finca un lugar rico y sostenible.